Un estudio internacional confirma que el 56% de las comunidades costeras se trasladan tierra adentro por el aumento del nivel del mar, mientras que las más vulnerables permanecen expuestas.
Un estudio global dirigido por la Universidad Monash reveló que el 56% de los asentamientos humanos situados en zonas costeras se han reubicado hacia el interior como respuesta al aumento del nivel del mar.
La investigación, publicada en Nature Climate Change, analizó datos satelitales entre 1992 y 2019 en más de mil regiones costeras de 155 países, destacando cómo el medio ambiente está reconfigurando la organización de la sociedad.
El profesor Wang Xiaoming, autor principal, advirtió que el fenómeno no ocurre de manera homogénea: “El desplazamiento hacia el interior sucede donde la gente tiene medios para hacerlo. En cambio, las comunidades más pobres no pueden reubicarse y siguen expuestas a riesgos climáticos crecientes”.
El informe indica que, mientras más de la mitad de los asentamientos se desplazaron, un 28% permaneció en su lugar y un 16% incluso se acercó más al litoral.
Este último fenómeno se observó con mayor frecuencia en Sudamérica (17,7%) y Asia (17,4%), lo que preocupa a los expertos debido a la vulnerabilidad de estas regiones.
En Oceanía, tanto comunidades ricas como pobres se instalaron más cerca de la costa, aunque por razones distintas: los primeros por la rentabilidad de sus actividades económicas, y los segundos por una excesiva confianza en infraestructuras de defensa, lo que agrava su exposición al riesgo.
El estudio, realizado junto a la Universidad de Sichuan y expertos de Dinamarca e Indonesia, concluye que la reubicación costera es “inevitable” y requiere una planificación cuidadosa a largo plazo. El informe advierte que, de no actuar, las brechas de adaptación entre regiones ricas y pobres seguirán ampliándose.
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