A los 92 años, Paul Biya inicia su octava campaña presidencial en Camerún prometiendo estabilidad, pese a las dudas sobre su salud y la transparencia electoral.
El presidente de Camerún, Paul Biya, de 92 años, inició su campaña electoral con un mitin en el norte del país, marcando el comienzo de una nueva contienda política en la que el jefe de Estado más anciano del mundo busca un octavo mandato consecutivo.
“Conozco bien los problemas que les preocupan, conozco las expectativas incumplidas que les hacen dudar del futuro”, declaró Biya ante miles de simpatizantes. “Basándome en mi experiencia, puedo asegurarles que estos problemas no son insuperables”.
La región del Extremo Norte, de mayoría musulmana y una de las más pobres del país, ha sido escenario de ataques y secuestros por parte del grupo extremista Boko Haram.
Además, concentra cerca del 20% de los 8,2 millones de votantes habilitados, lo que la convierte en una zona clave para el resultado electoral.
Esta aparición marcó el regreso público del presidente tras una semana en Suiza, país que ha visitado frecuentemente en los últimos años por razones médicas. Su prolongada ausencia y el hermetismo sobre su salud alimentaron las críticas de la oposición, que cuestiona su capacidad para seguir gobernando.
Durante sus más de cuatro décadas en el poder, Camerún —una nación centroafricana con casi 30 millones de habitantes— ha enfrentado múltiples crisis: desde un movimiento secesionista armado en el oeste hasta una corrupción estructural que ha frenado el desarrollo económico.
A pesar de sus vastos recursos naturales, como el petróleo y los minerales, el 43% de la población vive en condiciones de pobreza, según la ONU.
Los analistas políticos consideran que Biya es el favorito para retener el poder, sobre todo tras la exclusión de su principal rival, Maurice Kamto, inhabilitado en agosto para participar en las elecciones. La oposición, fragmentada y debilitada, enfrenta dificultades para presentar un frente común.
Las elecciones en Camerún han estado históricamente marcadas por denuncias de fraude y falta de transparencia.
El organismo electoral ha sido criticado por su cercanía con el gobierno, y varios de sus funcionarios ocuparon cargos en el gabinete de Biya. El límite de dos mandatos presidenciales fue eliminado por el Parlamento en 2008, abriendo la puerta a la continuidad del mandatario más veterano del planeta.
