Catherine Connolly triunfó en las elecciones presidenciales de Irlanda con más del 63 % de los votos y promete una gestión basada en la neutralidad y el diálogo.
La candidata independiente de izquierda Catherine Connolly ganó las elecciones presidenciales en Irlanda, al imponerse con más del 63 % de los votos frente a la centrista Heather Humphreys, que obtuvo el 29,5 %, en una contienda marcada por una gran cantidad de votos nulos.
Su victoria supone un giro político relevante para el país y refuerza el espacio de la izquierda crítica dentro de Europa.
Cerca de 3,6 millones de votantes fueron llamados a las urnas el viernes para elegir al sucesor de Michael Higgins, de 84 años, quien ocupaba este cargo honorífico desde 2011.
Es la primera vez desde 1990 que solo dos candidatas, ambas mujeres, compiten por la presidencia del país. Connolly, de 68 años, abogada y diputada, se ha destacado por su postura crítica hacia Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea, así como por su rechazo a las políticas militaristas y su apoyo a la causa palestina.
Connolly se convierte así en la tercera mujer al frente de Irlanda, país miembro de la Unión Europea desde 1973, con una población de 5,2 millones de habitantes. “Será un inmenso privilegio servirles”, afirmó en su discurso tras la publicación de los resultados.
“A quienes no votaron por mí o anularon su voto, quiero decirles que seré una presidenta inclusiva, que escucha, una voz por la paz y la neutralidad”, agregó.
Por su parte, Heather Humphreys reconoció la derrota y felicitó a su rival. “Catherine será presidenta para todos nosotros. Será mi presidenta, y le deseo lo mejor de lo mejor”, declaró la exministra ante la televisión pública irlandesa RTE.
Las elecciones estuvieron marcadas por una baja participación, con un 45,2 % de votantes, apenas por encima del mínimo histórico del 43,9 % registrado en 2018. Los votos nulos alcanzaron el 13,2 %, reflejo del descontento de los sectores conservadores que criticaron la falta de opciones de derecha y llamaron a anular el voto.
Connolly, conocida por su retórica pacifista, ha acusado a la OTAN de fomentar prácticas belicistas y ha comparado el gasto militar de Alemania con el de la década de 1930.
Además, ha votado en contra de varios tratados de la Unión Europea y ha calificado a Hamás como “parte del tejido social del pueblo palestino”. La nueva mandataria ha prometido visitar Palestina tras asumir el cargo para expresar su apoyo al pueblo palestino y reiterar su condena a los ataques de Israel sobre Gaza, a los que ha descrito como un genocidio.
