La Biotecnología creció exponencialmente y hoy mueve miles de millones a nivel mundial, con aplicaciones que van desde la salud hasta la industria alimentaria.
El 16 de junio se celebra el Día Internacional de la Biotecnología, una fecha que invita a reflexionar sobre una disciplina que ya no es patrimonio exclusivo de laboratorios especializados, sino una fuerza transformadora con impacto en múltiples áreas de la vida cotidiana.
Hace apenas unos años, el término resultaba extraño para gran parte de la población. Sin embargo, la pandemia y los avances recientes posicionaron a la Biotecnología en el centro de la conversación global.
Hoy, su presencia se percibe tanto en el desarrollo de vacunas como en los alimentos que consumimos, en la producción agrícola, en los cosméticos y hasta en el cuidado ambiental.
En su base científica, la Biotecnología se nutre de la biología molecular y celular, la química y la genética. Pero limitarla a la investigación básica sería reducir su potencial: esta ciencia también se proyecta en el terreno traslacional, donde el conocimiento se convierte en productos, procesos y soluciones aplicables en la vida real.
La historia de la Biotecnología moderna está marcada por hitos. Desde la fermentación de alimentos y la selección genética en la antigüedad, hasta los organismos genéticamente modificados surgidos en los años 70, su evolución ha sido constante.
Un momento decisivo ocurrió en 1980, cuando la Corte Suprema de Estados Unidos permitió el patentamiento del primer organismo modificado genéticamente. El microbiólogo Ananda Chakrabarty había desarrollado bacterias capaces de descomponer petróleo crudo, lo que abrió la puerta a nuevas aplicaciones y a la expansión de la industria.
Hoy, la Biotecnología es un sector valorado en más de 1,5 billones de dólares, con alrededor de 12.000 empresas activas y un millón de empleados en todo el mundo. Genera ingresos superiores a 470.000 millones de dólares anuales y su crecimiento sigue en ascenso.
El potencial de esta disciplina es enorme: desde la biorremediación ambiental hasta la mejora de cultivos agrícolas, pasando por la creación de medicamentos personalizados. En todos los casos, la lógica es la misma: mirar a la naturaleza en busca de respuestas y replicar en un laboratorio soluciones que la vida ya desarrolló a lo largo de millones de años de evolución.
La Biotecnología es, en esencia, un puente entre el conocimiento y la práctica, entre lo microscópico y lo global. Representa la capacidad humana de aprender de la biología para enfrentar desafíos contemporáneos como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la salud pública.
Celebrar este día no solo significa reconocer avances, sino también asumir el compromiso de impulsar políticas públicas, educación y cooperación internacional que permitan que los beneficios de la Biotecnología alcancen a todas las sociedades.
