Miles de pacientes en Europa participan en ensayos con vacunas de ARNm contra el cáncer, un avance que promete tratamientos más seguros y efectivos.
Un nuevo horizonte se abre para la medicina oncológica: las vacunas personalizadas contra el cáncer comienzan a ser probadas en varios países de Europa, ofreciendo esperanza a miles de pacientes.
Reino Unido, España, Alemania, Bélgica y Suecia ya se sumaron a estos ensayos clínicos que utilizan tecnología de ARNm, la misma empleada durante la pandemia para combatir la covid-19.
La llamada Plataforma de Lanzamiento de la Vacuna contra el Cáncer conecta a pacientes con estudios en 30 hospitales británicos. Se trata de un sistema diseñado para acelerar el acceso a tratamientos innovadores, donde cada dosis es creada a partir de las características genéticas de cada tumor.
El caso de Elliot, un paciente de Birmingham que ya recibió cirugía y quimioterapia, ejemplifica el avance. Tras detectarse fragmentos de ADN canceroso en su sangre, se inscribió en un ensayo de la farmacéutica alemana BioNTech.
La compañía envió una muestra del tumor a sus laboratorios en Alemania, donde identificaron hasta 20 mutaciones específicas. Con esos datos, desarrollaron una vacuna de ARNm que instruye a las células del propio paciente a producir proteínas mutadas, únicas de su cáncer, para que el sistema inmunológico pueda reconocerlas y destruirlas.
En palabras de Elliot: “Estoy emocionado. Si este ensayo funciona, puede ayudar a miles, sino millones de personas, dándoles esperanza y evitando que sufran lo mismo que yo”.
La lógica detrás de estas vacunas es simple pero poderosa: funcionan como un cartel de “se busca”, revelando a las células cancerosas que suelen esconderse tras un tratamiento convencional. De esa manera, se busca reducir el riesgo de recaída y aumentar las probabilidades de supervivencia a largo plazo.
La doctora Victoria Kunene, investigadora principal en el Hospital Queen Elizabeth, subrayó: “Creo que ésta es una nueva era. La ciencia detrás de estas terapias tiene todo el sentido. Mi esperanza es que se conviertan en el estándar de cuidado en el futuro”.
Aunque el entusiasmo es alto, los especialistas advierten que estas vacunas todavía se encuentran en fase experimental. El ensayo concluirá en 2027 y hasta entonces solo estarán disponibles como parte de programas clínicos. Una de las expectativas es que produzcan menos efectos secundarios que la quimioterapia tradicional.
El NHS británico celebra este avance como un “momento histórico”. Según Peter Johnson, director clínico nacional de cáncer del servicio de salud: “Incluso después de una operación exitosa, los cánceres pueden regresar. Atacar con una vacuna las células que quedan podría ser la clave para evitarlo”.
Empresas como Moderna y BioNTech ya planean ampliar sus ensayos a distintos tipos de tumores, incluidos melanoma, pulmón, mama y vejiga. En Londres, un paciente recientemente recibió una vacuna personalizada contra melanoma, creada con la misma tecnología usada en las vacunas contra la covid.
La magnitud del impacto podría ser enorme: si estas vacunas se consolidan, la lucha contra el cáncer en Europa y el mundo ingresará en una etapa inédita, con tratamientos más específicos, personalizados y esperanzadores para millones de pacientes.
