Albania nombra a una ministra generada por inteligencia artificial para supervisar licitaciones públicas, mientras expertos advierten sobre riesgos éticos y técnicos.
Albania ha dado un paso inédito al nombrar a una ministra generada por inteligencia artificial (IA) para supervisar las licitaciones públicas y reducir los casos de corrupción que históricamente han afectado al país.
La figura virtual, llamada Diella, busca garantizar procesos de contratación transparentes y eficientes, pero ha generado un intenso debate sobre ética, eficacia y responsabilidad política.
El primer ministro albanés, Edi Rama, aseguró que con Diella “los procedimientos de contratación estarán 100% libres de corrupción”.
Destacó que la ministra virtual “no duerme, no tiene intereses personales y no tiene primos, y los primos son un gran problema en Albania”, haciendo referencia a los frecuentes casos de favoritismo en licitaciones gubernamentales.
Rama también afirmó que Diella trabajará con expertos locales, albaneses en la diáspora y consultores internacionales para optimizar la administración pública.
Durante una sesión parlamentaria, Diella apareció en video presentándose como “ministra de estado para inteligencia artificial”, y declaró que su misión era agilizar los procesos gubernamentales. Sin embargo, su nombramiento ha sido criticado por la oposición, que cuestiona quién asumirá la responsabilidad de sus decisiones y cómo se controlará a una entidad no humana.
Expertos en transformación digital y ciberseguridad advierten sobre los límites de esta iniciativa.
Erjon Curraj explica que Diella dependerá de la calidad y coherencia de los datos y de los modelos en los que se base, probablemente un LLM (modelo de lenguaje extenso similar a ChatGPT). “Si los datos son incompletos, sesgados u obsoletos, podría interpretar mal documentos o pasar por alto señales de colusión”, asegura Curraj.
Diella utiliza la imagen de la actriz albanesa Anila Bisha, quien autorizó su uso hasta diciembre, y su funcionamiento interno sigue siendo confidencial. La oposición ha recurrido a la Corte Constitucional para determinar la responsabilidad legal de la IA y la validez de sus actos administrativos.
Lutfi Dervishi, politólogo albanés, advierte que si el sistema recibe datos manipulados, podría legitimar la vieja corrupción bajo una fachada tecnológica.
Jean-Gabriel Ganascia, filósofo e investigador en inteligencia artificial, añade que los LLM reflejan los sesgos de la sociedad y que no existe garantía de que puedan erradicar la corrupción. Además, advierte que delegar decisiones públicas a máquinas podría debilitar la democracia, al eliminar la deliberación y la responsabilidad humana en la toma de decisiones.
A pesar de las críticas, Rama promueve la innovación como parte de su estrategia comunicativa. Albania se convierte así en pionera mundial al integrar una ministra digital basada en inteligencia artificial, pero los expertos insisten en que la eficacia de esta medida dependerá de la transparencia, supervisión humana y la calidad de los datos que alimenten al sistema.
