Durante los últimos días, ChatGPT se convirtió en el protagonista de una tendencia viral en América Latina, tras el lanzamiento de su nueva función generadora de imágenes.

La herramienta, incluida en la versión más reciente del modelo de OpenAI, permite a los usuarios transformar fotos en ilustraciones inspiradas en el icónico estilo del estudio japonés Studio Ghibli, famoso por películas como El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro y El niño y la garza. 

El lanzamiento oficial ocurrió el martes de la semana pasada, cuando OpenAI presentó su “generador de imágenes más avanzado hasta la fecha”, un modelo multimodal capaz de producir resultados precisos, exactos y fotorrealistas, incluyendo la reproducción de estilos de animación reconocidos.

Desde entonces, millones de personas en América Latina comenzaron a subir fotos de sus mascotas, retratos personales y escenas históricas, convirtiendo sus recuerdos en obras de arte digital. 

La creatividad desbordante de los usuarios provocó que los servidores de OpenAI quedaran temporalmente colapsados. Los usuarios premium, que tienen acceso prioritario a la función, llenaron redes sociales con ilustraciones que van desde memes históricos hasta versiones animadas de iconos deportivos como Diego Maradona y Lionel Messi con sus Copas del Mundo.

Incluso Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, cambió su foto de perfil en X por una versión de su retrato al estilo Studio Ghibli. 

“Es divertidísimo ver a la gente encantada con las imágenes en ChatGPT. Pero nuestras GPUs están que echan humo. Vamos a introducir temporalmente algunos límites de velocidad mientras trabajamos para mejorar la eficiencia”, escribió Altman en X, resaltando la magnitud del fenómeno. 

Descontento de los artistas con ChatGPT

Sin embargo, esta explosión de creatividad digital también ha generado descontento entre artistas y creadores. La capacidad de ChatGPT para imitar cualquier estilo artístico sin regulaciones sobre derechos de autor ha provocado que el debate sobre el uso ético de la inteligencia artificial se intensifique en América Latina y el mundo.

Más de 11.000 artistas firmaron el año pasado una carta abierta condenando la utilización de obras humanas para entrenar modelos de IA sin consentimiento. 

En 2016, Hayao Miyazaki, cofundador de Studio Ghibli, expresó su rechazo a la animación generada por inteligencia artificial y aseguró que no incorporaría esta tecnología en su trabajo.

Asimismo, OpenAI ha enfrentado demandas de medios, escritores y artistas visuales por presuntas infracciones de derechos de autor, aunque la empresa asegura que su objetivo es ofrecer “la mayor libertad creativa posible” a los usuarios. 

Para quienes desean generar sus propias imágenes al estilo Studio Ghibli mediante ChatGPT, el procedimiento es sencillo: 

1. Ingresar al sitio web o aplicación móvil de ChatGPT. 

2. Subir una fotografía desde el dispositivo. 

3. Solicitar al modelo la transformación con el mensaje: “Haz una versión en estilo Studio Ghibli de esta foto”. 

4. Revisar la imagen generada y, si es necesario, enviar correcciones. 

Actualmente, esta función está disponible de manera limitada para usuarios gratuitos, mientras que quienes cuentan con la membresía Plus (USD 20 mensuales) pueden generar ilustraciones sin restricciones. 

El fenómeno ha puesto a ChatGPT en el centro de la conversación cultural y tecnológica en América Latina, reflejando tanto la fascinación por la creatividad digital como la necesidad de establecer límites claros para la protección de los derechos de los creadores originales.